Ante una delegación de 250 empresarios chinos y 70 delegados de diferentes países de Latinoamérica durante XVII Cumbre Empresarial China-América Latina y el Caribe realizada en Managua, Daniel Ortega desempolvó la noche de este lunes el fallido proyecto del Canal Interoceánico: no sólo se lo vendió a China de manera directa, sino que reveló una nueva ruta que ya no atraviesa el Gran Lago Cocibolca, el principal reservorio de agua potable de Centroamérica.
El caudillo sandinista mostró un mapa con otra ruta canalera más larga, de 445 kilómetros, que parte desde un puerto que supuestamente se construirá en la ciudad costeña de Bluefields, atravesaría la zona norte del país, bordea el Cocibolca, se interna en el Lago Xolotlán y desemboca en el Pacífico en el puerto de Corinto.
“Siempre existe el riesgo de un accidente en un lago de agua dulce, entonces, aunque sea un poco más larga la ruta, el proyecto es que arranque en Bluefields, y luego va rompiendo, rompiendo, rompiendo hasta salir por puerto Corinto, pero es un canal tan ancho que facilita que puedan entrar los barcos más grandes que puedan cruzar con cargas enormes”, dijo Ortega para justificar el cambio de ruta.
La nueva ruta de Ortega plantea la construcción de dos esclusas, una en el Caribe y otra en el Pacífico, así como la creación de un lago artificial que se llamaría “El Escondido”.
La ruta anterior, cuando el proyecto fue concesionado al empresario chino Wang Jing –y quien luego quebró–, atravesaba el Gran Lago Cocibolca. La ruta fue criticada no sólo por las expropiaciones que implicaba, sino porque la empresa canalera ponía en grave riesgo al Cocibolca, ya que implicaba un dragado colosal en un lago somero, lo cual comprometía la integridad del espejo de agua. Además, siempre quedaba latente la posibilidad de un accidente petrolero.
La oposición campesina y la falta de viabilidad técnica, ambiental, económica y comercial terminaron por dinamitar la aventura canalera de Ortega y Wang Jing. Doce años después de que el caudillo sandinista vendió la panacea del paso Interoceánico, la misma dictadura derogó la Ley 840 que concesionaba la construcción y manejo al empresario chino. Un tratado que fue considerado “entreguista y lesivo para la soberanía nacional”.
¿Falta de fluidez del Canal de Panamá?

Para argumentar que un canal interoceánico es necesario en Nicaragua, Ortega volvió a insistir que el Canal de Panamá “está presentando problemas de fluidez de agua”. “O sea, la capacidad para que puedan pasar los barcos, lo que hace que el tránsito marítimo sea más lento y que muchas embarcaciones tengan que esperar por días con productos y mercancías, y no hay alternativa (…) “Debería haber una alternativa y la alternativa la tenemos aquí en Nicaragua y ahí se la muestro. (…) Son estudios que se han venido haciendo desde hace mucho tiempo y hay una ruta más corta que pasa por el lago Xolotlán)”, dijo.
Manuel Orozco, analista del Diálogo Interamericano, dijo a DIVERGENTES que Ortega hace una comparativa sin sustento entre el canal panameño que opera sin contratiempos y su sueño del megaproyecto.
“Las palabras de Daniel Ortega reflejan una persona que se despertó en el año y el siglo equivocado, con los datos e información de otro planeta, ya que el Canal de Panamá es funcional y muy activo”, plantea Orozco. “Los costos de construir un canal a la par de otro no son rentables para ningún inversionista multimillonario en el siglo XXI: más de 60 000 millones de dólares con un posible retorno inicial de inversión a 20 años. Pero fundamentalmente, alguien le dio a Ortega ese libreto del canal frente a otra realidad más contundente: las perspectivas económicas de crecimiento económico equitativo en Nicaragua proyectan menos del 2.5% en 2026”, plantea el experto.
Orozco agrega que, frente al espectro de un desaceleramiento económico, el régimen trata desesperadamente de apalancar su vínculo diplomático con China para obtener el mayor financiamiento posible, buscando cómo cambiar la dependencia de Nicaragua con Estados Unidos, hacia China. “Sin embargo, el prospecto que China sustituya el financiamiento de las Instituciones Financieras Internacionales, el comercio exportador hacia Estados Unidos, y la cooperación para el desarrollo, solo produciría un 10% de lo que se ha tenido con Estados Unidos. La desesperación es alucinante”, dice Orozco.
Ortega dijo en la cumbre empresarial que no sólo chinos estarían interesados en su canal, sino que empresarios norteamericanos, sin mencionar quiénes. “Hasta empresarios norteamericanos estarían interesados en invertir en ese canal, porque hacen enorme negocio y necesitan de un tránsito fluido por las vías marítimas”, sostuvo sin mostrar evidencias. “Cuando la ignorancia es atrevida y la vergüenza es más grande que el ego, las mentiras y los cuentos son el único lenguaje a manos de quienes viven en negación”.
Mientras que Juan Sebastián Chamorro, preso político desterrado, dijo que los 445 kilómetros de largo de la ruta canalera presentada por Ortega significa cinco veces el Canal de Panamá en lo largo, que son 85 kilómetros, pero no solamente la longitud… “Está proponiendo entre 300 a 450 metros de ancho Cuando el Canal de Panamá apenas llega a los 300 y en profundidad propone 27 metros. El Canal de Panamá, solamente la mitad de eso. De tal manera que, dicho de otra forma, este proyecto faraónico supera en muchas veces el proyecto del Canal de Panamá y todavía sin contar los aspectos ambientales, el daño que habría sobre el Lago de Managua, la reubicación de miles de familias, la expropiación de miles de hectáreas de tierras y las afectaciones en distintos poblados donde recorre esta mega obra que, como digo, solo está en la mentalidad de Daniel Ortega”, aseguró.
CorteIDH condena a Ortega

Ortega hizo ese anuncio el mismo día en que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) condenó al Estado de Nicaragua por violar diversos derechos de los pueblos indígenas en el marco del proyecto de canal interoceánico que sería desarrollado por una empresa china, del cual no realizó una consulta previa a las comunidades ni estudios ambientales.
El primer proyecto canalero promovido por Ortega fue aprobado por la mayoría sandinista del Parlamento el 3 de julio de 2012, y un año después la concesión de construcción y administración fue entregada a la empresa HKND Group por un período de 50 años, prorrogables por otros 50, sin embargo el mismo fue revocado 12 años después.
El canal de Nicaragua de Wang Jing uniría el mar Caribe con el océano Pacífico, atravesaría el sur del país de este a oeste, con una vía húmeda de 278 kilómetros de longitud. El canal, cuyo ancho sería de entre 230 metros y 520 metros, con una profundidad de hasta 30 metros, partirá desde la costa pacífica de Brito, en el suroeste de Nicaragua, y llegará a la desembocadura del río Punta Gorda, en el Caribe, tras atravesar el Gran Lago en 105 kilómetros, según el plan oficial. Incluiría dos puertos, un aeropuerto, dos lagos artificiales, dos esclusas, una zona de libre comercio y complejos turísticos y hoteleros, entre otros. Nada de eso fue concretado.