Las postales oficiales retratan a Nicaragua como un Edén tropical: volcanes activos, playas de arena dorada, calles coloniales llenas de historia. Bajo el lema “Nicaragua, única y original”, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo promueve una imagen idílica ante el mundo. Sin embargo, detrás de esa fachada cuidadosamente construida, opera una maquinaria de vigilancia y represión que no hace distinciones entre ciudadanos y visitantes extranjeros.
Micaela y Jorge, conocidos en redes sociales como Misha y Jirka son una pareja europea de creadores de contenido que, a través de su cuenta “Verdederos”, se dedican a promover la limpieza y conciencia ambiental en varias ciudades de América Latina. Sin embargo, su experiencia en Nicaragua se vio marcada por el temor y la represión que viven los nicaragüenses bajo el régimen Ortega-Murillo.
En un video publicado en su cuenta de TikTok, Misha relató que organizar una jornada de limpieza en Managua, fue motivo para encender las alarmas de la policía orteguista, lo cual los mantuvo bajo vigilancia y asedio policial durante su estadía en Nicaragua.
“Nicaragua vive bajo un régimen muy duro, y una de sus consecuencias es que está prohibido reunir a más de 10 personas en espacios públicos, ni siquiera para limpiar”, relató en un video difundido en sus redes sociales.
En este video detalla cómo la pareja temió por la seguridad de los voluntarios nicaragüenses que se habían ofrecido a participar en la limpieza.
“Comenzamos a recibir mensajes de cientos de personas interesadas en unirse y ahí llegó el miedo. Era en el centro de Managua, donde están todos los edificios políticos. No queríamos poner a nadie en riesgo”, añadió Misha.
“Ese miedo se quedó en nosotros”
A pesar de eliminar la convocatoria, la pareja recibió el apoyo de 70 voluntarios que decidieron unirse sin importar los riesgos. A pesar de la vigilancia policial, lograron completar la limpieza, pero la sensación de miedo persistió.
“Fue espectacular, pero ese miedo se quedó en nosotros, porque esa es la realidad diaria de los nicaragüenses. Viven con esa inseguridad constante”, señaló Misha en su video.
“Nicaragua es un país increíble, con gente generosa, que merece mucho más. Es un lugar seguro para turistas, pero no para los locales”, agregó la ambientalista quien también instó a sus seguidores a celebrar su libertad de expresión porque no todos tienen ese privilegio y los invitó a compartir el video para que “más personas conozcan esa realidad y visibilicen que ni limpiar debería ser un acto de riesgo”.
DIVERGENTES trató de contactarse con la pareja de tiktokeros a través de sus redes sociales, pero no respondieron a nuestras consultas.
Video es más influyente que ferias turísticas del régimen
El economista y excandidato presidencial Juan Sebastián Chamorro considera que este video de la pareja tiktoker es más influyente que cualquier campaña institucional promovida por la pareja dictatorial y advierte que el testimonio espontáneo de una turista revela, con crudeza, la represión que el régimen intenta ocultar bajo su narrativa turística.
“Tiene un impacto muy importante en el turismo, porque lo que ella está diciendo, el terror que le tocó vivir a ella es el terror que vivimos los nicaragüenses, sobre todo los que están allá. Entonces, ese video vale muchísimo más que cualquier campaña. Es un video que va a ser conocido cuando alguien esté pensando en ir a Nicaragua “, dijo Chamorro.
En 2023, Nicaragua captó 739.2 millones de dólares en ingresos por turismo, una mejora frente a 2022 (595.6 millones), pero aún por debajo de los 840.5 millones alcanzados en 2017, antes del estallido de la crisis sociopolítica.
Según el Instituto Nicaragüense de Desarrollo (INIDE), en el cuarto trimestre de 2024 el gasto promedio diario por turista fue de 40.7 dólares, una caída del 8.5% en comparación con el 2023. Además, la estadía promedio se redujo de 10 a 9.2 días. Estas cifras contradicen la imagen de un destino en crecimiento, como promueve la propaganda sandinista.
Policía versus creadores de contenidos
El incidente con Misha y Jirka no es un caso aislado. En febrero de 2024, el youtuber venezolano Oscar Alejandro Pérez fue también acosado por las autoridades del régimen de Nicolás Maduro tras publicar un video donde relataba su experiencia en Nicaragua, en la que cuestionó a la dictadura sandinista. La grabación fue eliminada de YouTube poco después, bajo el argumento de una supuesta violación de derechos de autor, una maniobra utilizada para censurar críticas al régimen.
Fue por este motivo del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo prohibió la entrada al país al youtuber nicaragüense Francisco Javier Reyes Rosas, cuando regresaba procedente de un viaje a España. El creador de contenido, que se autodenomina “el Chico Reyes Rosas”, explicó en un video publicado en su canal de YouTube, que las autoridades le negaron su ingreso a Nicaragua tras colaborar con el youtuber venezolano, quien criticó la falta de libertades en el país.
El youtuber español Agustín Ostos documentó en mayo de 2022 por medio de un video la corrupción de un par de policías nicaragüenses que le solicitaron una coima para evitar una multa de tránsito sin causa justificada. El video se viralizó y fue de conocimiento del régimen, por lo que desde entonces endurecieron las medidas de control para negar el ingreso de creadores de contenido y blogueros de viaje, como también ocurrió en noviembre de 2023 con el argentino Paulo Imhoff, quien relató que fue severamente cuestionado y filmado por la policía en el puesto migratorio de Peñas Blancas.
Régimen protege a creadores de contenido que controla
Mientras el régimen de Ortega-Murillo hostiga y censura a creadores de contenido independientes atraídos por la “Nicaragua, única y original” que profesa el eslogan turístico del sandinismo, sí abre las puertas que vienen a formar parte de su maquinaria de propaganda.
En noviembre de 2024, la dictadura recibió con honores a un equipo de la cadena estatal rusa RT en Español, que forma parte del sistema de propaganda del régimen de Vladimir Putin, conformado por el periodista Erick Luridian Fonseca Sarate, conductor del programa La Lista de Erick, junto a Anna Kuropatova y su equipo técnico.
La delegación fue atendida personalmente por Daniel Edmundo Ortega Murillo, hijo de la pareja presidencial y coordinador del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, instancia que controla todo el aparato mediático oficialista.

Según medios oficialistas como TN8, la visita marcó el inicio de un proyecto que busca “mostrar al mundo las bellezas culturales y naturales de Nicaragua”.
Sin embargo, más allá de lo turístico, se trata de una estrategia de propaganda impulsada por el régimen para lavar su imagen internacional, aprovechando la afinidad ideológica con medios extranjeros alineados a su narrativa.
La campaña del New York Times
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo también se beneficia de campañas turísticas independientes que lo legitiman ante la comunidad internacional. En enero de 2025, el prestigioso New York Times incluyó a Nicaragua en el puesto 14 de su lista anual de los 52 destinos para visitar. El artículo elogió la carretera Costanera y proyectos turísticos como Rancho Santana o Hide and Seek en Popoyo.
Manuel Orozco, director del Programa de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, advierte que la promoción del turismo como un producto exportación, responde a una “economía paralela, de enclave”, que opera al margen del sistema represivo interno.
“Por supuesto, los roces siempre van a existir, y las consecuencias del sector externo de lidiar con una dictadura, resultan cuando un turista se aventura a andar por su propia cuenta, o se expone a situaciones que comúnmente no son problemáticas, como hacer preguntas sobre política y el régimen”, comenta Orozco.
La publicación del New York Times, que incluyó a Nicaragua en su lista de destinos recomendados, desató una ola de críticas por parte de la comunidad nicaragüense opositora.

Orozco envió una carta a los editores del influyente medio de comunicación estadounidense, en la que calificó a Nicaragua como un “Talibán Tropical” y consideró como una falta de rigor de un diario de tal influencia, promover un destino donde la disidencia es criminalizada, las propiedades son expropiadas, la prensa independiente es perseguida y la migración se utiliza como una herramienta geopolítica.
Orozco denunció que, al ignorar estas graves violaciones de derechos humanos, el New York Times contribuye a una falsa imagen de estabilidad que oculta la realidad del régimen. “Desafortunadamente, como seguramente sabrán, los nicaragüenses viven bajo una de las dictaduras más despiadadas del mundo, con violaciones sistemáticas de los derechos humanos, extorsión fiscal y control absoluto del poder”, expresó Orozco en su misiva.
También señaló en la carta que una parte considerable del turismo registrado en Nicaragua es en realidad migración encubierta, porque “al menos una cuarta parte de las llegadas a Nicaragua fueron personas que utilizaron el país como puente hacia Estados Unidos, en vuelos chárter que transportaron a decenas de miles de migrantes haitianos, cubanos, indios y de otros países”.
A esto se suma la advertencia oficial del Departamento de Estado de EE. UU., que mantiene una alerta de viaje de Nivel 3 para Nicaragua, citando el riesgo de detenciones arbitrarias, confiscaciones de bienes y vigilancia digital a los visitantes.
El maquillaje del régimen
El régimen busca capitalizar cualquier promoción internacional del turismo para proyectar una imagen de normalidad. Como parte de estos esfuerzos , en enero de 2025, Nicaragua participó en la Feria Internacional de Turismo (FITUR) en España, promocionando su oferta turística con reinas de belleza, gastronomía local y ron nacional.
El evento fue liderado por Anasha Campbell, codirectora del Instituto Nicaragüense de Turismo (INTUR), en una comitiva que incluyó miembros de la Juventud Sandinista. Todo parte de una estrategia de “lavado de imagen” internacional, financiada con recursos del Estado.
Mientras el régimen se esfuerza por presentar a Nicaragua como un destino turístico exótico, la realidad interna lo desmiente. En este escenario, el turismo no es una actividad libre, sino parte de una economía paralela cuidadosamente vigilada por el poder. Visitar Nicaragua puede ser encantador, pero también potencialmente peligroso para los creadores de contenido o quienes deseen hacer turismo en este país. Una contradicción que ni la mejor carretera, ni el más lujoso resort, pueden ocultar.