Entrevisté a Joao Maldonado la primera vez en septiembre de 2023. Me lo había encontrado en una reunión de exiliados en San José, Costa Rica, cuando ambos habíamos sido invitados a tomar una sopa de gallina. Yo llegué primero y me sorprendí cuando lo vi llegar. Platicamos, me mostró las cicatrices del primer atentado y sobre los resultados de la investigación, y me comentó que estaba nuevamente recibiendo amenazas.
Yo tuve que irme temprano, pero intercambiamos números de teléfonos y le comenté que estaba interesado en entrevistarlo para La Nación, el principal diario de Costa Rica, en el cual trabajaba.
Para esa entrevista Maldonado solo puso una condición: que se publicara cuando él estuviera fuera de Costa Rica, lejos del peligro y yo acepté. En esos momentos ya tenía planes de reasentarse en Estados Unidos.
Finalmente, la entrevista se guardó por muchos meses y se publicó el 10 de enero de 2024, cuando sufrió el segundo atentado. Él denunciaba que la dictadura de Daniel Ortega quería eliminarlo y había elaborado un nuevo plan para matarlo.
Para esta segunda entrevista, estuvimos en contacto desde enero y hablamos por primera vez en febrero, cuando él y su pareja Nadia Robleto ya habían salido de Costa Rica y puso solo una condición: que no habláramos de su estado de salud. “No quiero dar pesar”, me dijo. Pero no le hice caso, alegando que eso era parte de la noticia.
Joao, después de recibir 13 disparos (cinco en el primer atentado y ocho en el segundo) ¿Cuál es tu estado actual de salud?
Primeramente, quiero darle las gracias a Dios porque es el único que me dio la oportunidad de estar compartiendo, no hay otra explicación, no existe lógica alguna que yo pudiera estar con vida, más que la de mi señor Jesucristo. Fueron ocho impactos de balas los que recibí y ha sido un proceso fuerte, bastante duro. Estuve siete meses en cuidados intensivos. Tuve impactos en órganos vitales como el hígado, la vesícula me la extrajeron y tuve también dificultades en los intestinos. Tuve una fístula que costó bastante que cerrara, pero Dios hizo el milagro y logró cerrar, y un disparo que me dio en la mandíbula en la parte izquierda, que ya la tengo reconstruida… Dios me ha dado la oportunidad, son 13 disparos los que he recibido.
La siguiente pregunta te la he hecho en otras ocasiones. ¿Por qué Joao Maldonado es un objetivo?
Mira no solamente Joao Maldonado, pienso que todo aquel opositor que quiere que se dé un cambio en Nicaragua y esté trabajando para que ese cambio se dé y piense que no existe otra opción más que el FSLN desaparezca, y haya un cambio democrático en el país, es un objetivo para la dictadura. Yo no he sido el primero, lamentablemente hay otras personas que también han sido objetivos del régimen y han fallecido. Tenemos el caso de Rodolfo Rojas y varios amigos más de la lucha. Esa es una de las cosas que hay que ver que toda persona que quiere un cambio en Nicaragua se convierte en un objetivo para la dictadura.
¿A quién culpas vos de los atentados que has sufrido?
El ataque proviene de la dictadura, de la tiranía, ellos trabajan con un sistema de inteligencia que viene desde el Ejército, tienen un sistema que viene trabajando desde Costa Rica, aunque no lo quieran aceptar las mismas autoridades de ese país. Los mecanismos de inteligencia costarricenses saben que hay gente operando. Y estos operadores tienen a personas trabajando que yo nunca imaginé. Incluso yo con esta persona que se llama Danilo Aguirre Sequeira me reuní antes del primer atentado, 15 días antes exactamente y jamás me imaginé, nunca sospeché, aunque la parte investigadora del OIJ vio que las llamadas provenían de Nicaragua la mayoría de los números, pero no habían logrado dar con los autores intelectuales del primer atentado… En este segundo atentado, la única persona que sabía dónde iba a estar, con quien me iba a ver era Danilo Aguirre, él es un operador del régimen y yo no lo sabía.
¿Cuál era tu relación con él?
A Danilo Aguirre Sequeira yo lo conocí en 2018. Después que hubo la Operación Limpieza yo me fui hacia Managua, logré salir con vida de esa Operación Limpieza que ya todo mundo sabe la magnitud con la cual el régimen llevó a cabo los ataques y estando en Managua lo logré conocer, porque él fue una de las personas que en ese momento sirvió de instrumento para poder viajar de Managua hacia Costa Rica, entonces él fue la persona que logró trasladarme a mí y a otra persona a Costa Rica.
¿Desde esas fechas quedó una relación entre ustedes?
Sí, quedó la relación, lo conocí como opositor. No tenía sus antecedentes…Pero las cosas pasan por algo, si no hubiera sido por este segundo atentando no sabríamos quién es esta persona, un operador de la dictadura.
¿Por qué te ibas a reunir con él? Estabas a pocos días de salir de Costa Rica bajo el programa de Movilidad Segura.
No sé si te acordás que cuando hicimos aquella entrevista yo estaba en el programa de protección a víctimas. Y dentro de este programa no existe un apoyo para poder garantizar el sustento de pago de alquiler, comida y te dicen que tienes que renunciar a todo, tu trabajo, cambiarte de casa. A mí lo único que me dieron fue tener la presencia de algunos oficiales una vez a la semana. Ellos llegan a evaluar si hay incidencias una vez a la semana y el tema del traslado.
Todo mundo sabe que Costa Rica es uno de los países más caros que hay. Solo el alquiler de la casa costaba 260 000 colones y aparte te piden un depósito y el único apoyo que yo recibí cuando nos exigieron movernos de casa fue 160 000 colones, el resto lo cubrimos nosotros, igual que los otros gastos. Se acabaron los ahorros, tuve que incluso salir a arriesgar mi vida para hacer algunas consultorías para solventar los gastos. Ya había recibido amenazas, ya me habían alertado que habría un segundo atentado.
¿Vos te reunís con él y ahí te comienzan a seguir?
Sí, salgo del lugar donde estaba un día antes y no le digo a nadie, nadie sabía. Ni la persona que me prestó el carro, ni la que me dio donde dormir, la única persona que sabía dónde nos íbamos a reunir era Danilo, porque él escogió el lugar. Cuando llegamos al hotel pasaron cosas raras, yo me percaté de que hay cosas que no son lógicas.
¿Cuáles cosas?
Él me dice, ‘estoy hospedado en el hotel, voy a bajar’. Y entonces yo lo llamo y le digo ya voy para allá y me dice ‘dame un chance’. Diez minutos después de esa llamada, yo llegué al hotel y no se encontraba (en realidad estaba en el restaurante). Lo vuelvo a llamar, ‘me dice ya voy llegando’…En ese momento yo le digo a Nadia, veo sospechoso esto, no me gusta para nada. De repente se apareció él todo nervioso y me dijo, ‘desayunemos aquí en el hotel’ y eso me dio una mala espina.
¿Por qué decís que estaba nervioso?
Caminaba para acá y para allá, y me dice me permitís fumarme un cigarro y le digo no hombre yo ni fumo, y vení te voy a entregar estos videos ya que no tengo mucho tiempo. Desayunemos aquí me dice y quería ir a la parte exterior del hotel. Vamos adentro le dije yo, aunque él insistió de sentarnos en las afueras del restaurante. Cuando entramos al restaurante el personal le dice: deme el número de habitación para cargar la cuenta y él respondió, es que no estoy hospedado aquí, voy a pagar en efectivo. Ahí me saltaron todas las alertas. Ya desayunando estuvo siempre nervioso. Le dije que revisara los videos y que me pagara y me dice ahí déjalo. Más bien me vas a hacer otro trabajo más, dame 15 días más para pagarte, él no se imaginaba que iba a sobrevivir. De ahí yo me enojé y salí hacia la empresa donde yo trabajaba, y de ahí salí para la universidad donde iba a inscribirme.
¿En la zona de San Pedro donde fue el atentado?
Sí, pero hay que resaltar que mucho antes de que yo llegara al hotel, él ya estaba ahí, hablando con las personas que me dieron seguimiento a mí…
¿Qué sentiste vos cuando te percataste que te estaban disparando nuevamente?
A los 20 metros de salir de la universidad, ya me están disparando. Me volvieron a joder, pensé.