Corrupción y opacidad: de la millonaria construcción del Museo Juan Pablo II, a la turbia creación del Centro Cultural Tino López Guerra

El régimen sandinista ordenó desaparecer el museo en honor al san Juan Pablo II, cuyo costo fue de 56 millones de córdobas y no 40, como se informó en su momento, y en su lugar se creó un espacio cultural que “supuestamente” funcionará para el desarrollo creativo e innovador de artistas. Hasta ahora, la dictadura sandinista no informó el costo que representó ejecutar este cambio. En los proyectos a implementar en 2023 y 2024, no existen detalles sobre la nueva iniciativa. “Se ‘botaron’ millones de córdobas en un museo que nunca estuvo abierto y que la gente no pudo visitar a gusto y placer”, explicó una fuente vinculada a la municipalidad

museo Juan Pablo II
Ilustración por Divergentes

El museo en honor al papa Juan Pablo II que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo inauguró en el centro histórico de Managua el 14 de diciembre de 2016, desapareció. Las fotos y las reliquias que quedaron de las dos visitas que realizó el pontífice a Nicaragua en 1983 y 1996 se esfumaron, sin que hasta ahora nadie sepa dónde están. De aquel homenaje, que tuvo un costo de 56.4 millones de córdobas y fue construido bajo una figura de contratación ilegal, solo queda la infraestructura y la enramada. 

Hoy en su lugar, funciona el Centro Cultural Tino López Guerra, un espacio cultural dirigido por la Alcaldía de Managua, el Teatro Nacional Rubén Darío y la Fundación Incanto, cuyo director es Laureano Ortega Murillo, hijo del dictador  sandinista.

El museo, inaugurado por el propio Daniel Ortega y Rosario Murillo y la jerarquía de la Iglesia católica, se suponía que sería un lugar abierto a todo el público y un “signo permanente de la misión de la Iglesia en el mundo”

“Ojalá que las nuevas generaciones puedan venir, y puedan conocer mucho sus obras, y puedan completar también, porque en las parroquias se dice mucho del papa”, expresó en aquel momento el cardenal Leopoldo Brenes. Sin embargo, lo que se prometió aquella noche, nunca se cumplió.

Recibe nuestro boletín semanal

“El día que más visitantes recibió el museo fue cuando lo inauguraron. Llegaron medios de comunicación, el presidente, políticos, sacerdotes, y hasta simpatizantes del Frente Sandinista. No recuerdo otro día cómo ese”, afirmó una fuente vinculada a la municipalidad capitalina, que habló con DIVERGENTES bajo condición de anonimato. “Es que después pusieron a un guarda que te decía que para visitarlo, tenías que pedir permiso en la Alcaldía”, continuó.

Museo Juan  Pablo II cerrado al público

Corrupción y opacidad: de la millonaria construcción del Museo Juan Pablo II, a la turbia creación del Centro Cultural Tino López Guerra
El Museo Juan Pablo II fue inaugurado a finales de 2016. Sin embargo, sus puertas fueron abiertas a los turistas pocas veces. Siempre estuvo custodiado por guardas de seguridad | DIVERGENTES.

Durante más de siete años el museo permaneció la mayor parte del tiempo cerrado al público en general. Nunca hubo una respuesta clara de por qué la Alcaldía decidió poner trabas para permitir visitas. Solo le daban largas a las peticiones de colegios y grupos de turistas. El manejo del espacio en honor a Juan Pablo II y donde permanecían sus reliquias, fue irregular antes, durante y después de su construcción.  

Cuando se anunció la construcción del museo, tanto el contratista a cargo de la obra y Fidel Moreno, secretario general de la Alcaldía de Managua, fueron presionados por Rosario Murillo para terminar en tiempo récord el espacio. No obstante, fue imposible, porque habían muchas etapas que necesitaban tiempo para su finalización, explicó la fuente vinculada a la municipalidad.

El contrato de la construcción del museo fue firmado el 20 de febrero de 2016 y se tenía prevista su inauguración el 27 de abril, en el marco de la celebración de la canonización del Papa Juan Pablo II. 

Lo extraño es que la duración de la obra, según documentos en poder de DIVERGENTES, era de tres meses, es decir, en mayo de ese mismo año tenía que ser entregada. Sin embargo, el espacio en honor al papa se retrasó siete meses sin que, según la fuente vinculada a la municipalidad, hubiesen  sanciones para el empresario a cargo.

El “supercontratista” amigo de Fidel Moreno

Corrupción y opacidad: de la millonaria construcción del Museo Juan Pablo II, a la turbia creación del Centro Cultural Tino López Guerra
Santiago Chávez, el contratista favorito de Fidel Moreno, fue el encargado de construir el museo en honor al Papa Juan Pablo II. A pesar de que tuvo retrasos en la obra, nunca fue sancionado | DIVERGENTES.

El contratista a cargo de la construcción del museo en honor a Juan Pablo II fue Santiago Chávez, un empresario que en aquel entonces era poco conocido por los medios de comunicación y el gremio de constructores del país. Cuando se anunció el retraso en la obra y el incumplimiento del contrato, ese bajo perfil le ayudó a no estar en el ojo de los noticieros y periódicos que todavía podían circular libremente en Nicaragua.

Chávez es un contratista que ha sido de los más favorecidos por la Alcaldía de Managua con las contrataciones simplificadas, un método contemplado en la Ley de Contrataciones Administrativas Municipales (Ley 801), cuyo mecanismo establece que debe utilizarse únicamente en casos de emergencia, calamidad y otras causales debidamente justificadas.

En tres años, entre 2016 y 2018, sus empresas ejecutaron 44 obras y ganaron 16.3 millones de dólares. Todos los contratos contaron con el beneplácito de Fidel Moreno, cuya firma en la práctica tiene más peso que la de la alcaldesa Reyna Rueda, o el vicealcalde capitalino, el propagandista Enrique Armas. 

Una investigación de DIVERGENTES reveló que las concesiones de obras bajo contrataciones simplificadas es una práctica habitual en la Alcaldía de Managua, la municipalidad de mayor envergadura económica en Nicaragua. El caso del empresario Chávez Sequeira lo ilustra a cabalidad: de las 96 obras que le fueron adjudicadas entre 2016 y 2018, 44 fueron otorgadas bajo esta figura contractual. Entre estas obras está la construcción del museo Juan Pablo II. 

De acuerdo a la información publicada por medios de comunicación oficialistas e independientes en aquel momento, el museo tendría una inversión aproximada a los 45 millones de córdobas. Sin embargo, el contrato en poder de DIVERGENTES revela que al ‘supercontratista de la Alcaldía de Managua le pagaron 56.3 millones de córdobas por el proyecto.

El contrato fue entregado bajo la modalidad de contratación simplificada, una figura contractual que únicamente debería ser utilizada en casos de emergencia o calamidad.

Corrupción y opacidad: de la millonaria construcción del Museo Juan Pablo II, a la turbia creación del Centro Cultural Tino López Guerra
Fidel Moreno, secretario de la Alcaldía de Managua, estuvo supervisando el avance del museo Juan Pablo II. Fue él quien comunicó a Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua, que el museo no estaría listo en las fechas programadas | DIVERGENTES.

“Claramente la construcción del museo no era una emergencia y pudo haberse planificado con tiempo y licitarse como cualquier obra, así como lo manda la Ley 801, Ley de Contrataciones Municipales”, explicó una experta en contrataciones municipales consultada para este reportaje, quien agregó que esta práctica irregular o ilegal es una puerta a la corrupción.

La experta explicó que no se pueden simular situaciones de emergencia para entregar un proyecto bajo la modalidad de contratación simplificada. Al otorgar una obra bajo esta figura contractual, básicamente bypasean la Ley 801 y se demuestra que toda construcción en este Gobierno es dada por favoritismo político.

Con todo y retrasos, el contratista favorito de Fidel Moreno entregó el museo el 14 de diciembre de 2016, en medio de una “fiesta” en la que participaron, además de los Ortega-Murillo, los cardenales Miguel Obando, Leopoldo Brenes, y el entonces nuncio apostólico Fortunatus Nwachukwu.

Entre las cosas que se pudieron observar ese día en el museo estaban el sello papal, el libro de homilías, la ropa, zapatos y una medalla conmemorativa de la estadía del pontífice en Nicaragua. También la réplica de la enramada donde el santo padre ofició la misa, y del papamóvil utilizado para sus desplazamientos en el país.

Durante el recorrido Fidel Moreno, explicó uno a uno los detalles del museo. Caminó entre las tres galerías y los otros ambientes entre los que destacaban una capilla, una fuente danzante, un monumento y un amplio jardín.

Aquella ocasión, según la fuente municipal consultada para este reportaje, hubo koinonía entre las figuras de la Iglesia católica y el régimen sandinista. Todos caminaron junto a Moreno, observando los detalles y objetos que siete años después desaparecerían, sin que hasta hoy la Alcaldía capitalina explique cuál es el destino de estas reliquias.

“Podemos llamarlo un memorial de la reconciliación y la paz, que él, el papa Juan Pablo II, predicó”, expresó el dictador Daniel Ortega a los medios oficialistas en aquella ocasión.

El nuevo centro cultural

Corrupción y opacidad: de la millonaria construcción del Museo Juan Pablo II, a la turbia creación del Centro Cultural Tino López Guerra
El centro cultural Tino López Guerra fue inaugurado a finales del año 2023. Las autoridades no informaron por qué se instaló en el mismo sitio donde estaba el museo Juan Pablo II. Hasta ahora es un misterio dónde fueron a parar las reliquias del Papa. Divergentes | Tomada de la Alcaldía de Managua.

El museo Juan Pablo II desapareció sin que nadie entendiera por qué ocurrió. En su lugar, el régimen decidió fundar el Centro Cultural Tino López Guerra, en honor al compositor del otro himno nacional no oficial “Nicaragua Mía”. La inauguración del nuevo espacio fue en diciembre de 2023, en presencia de miembros del cuerpo diplomático acreditados en el país, Laureano y Camila Ortega, hijos de los dictadores sandinistas, autoridades municipales, del Teatro Ruben Darío y de la Fundación Incanto.

“Otro logro para nuestro pueblo, un centro más para aprender, un centro de historia, sobre todo lleno de creatividad y cultura, un reconocimiento a Tino López Guerra y su familia”, expresó Rueda, quien no detalló el motivo del cierre del museo Juan Pablo II, y tampoco la inversión en este nuevo espacio.

La fuente vinculada a la municipalidad consultada por DIVERGENTES explicó que en los presupuestos de ejecución de 2023 de la Alcaldía de Managua y en los proyectos ejecutados ese año y los desarrollados en lo que va del 2024, no aparece por ningún lado el detalle del gasto para transformar el museo en el centro cultural.

“La Alcaldía de Managua no es independiente. Si se ordena desde arriba hacer el cierre del museo y poner el centro, los que la dirigen simplemente obedecen lo que mandatan desde arriba”, señaló la fuente, quien afirmó que la opacidad con este nuevo espacio es una constante con el que la municipalidad capitalina y el régimen sandinista desarrollan las obras en el país.

La Alcaldía, según la experta en temas municipales, debería informar qué ocurrió con el museo, y por qué decidió hacer un cierre para abrir otro espacio. La especialista indicó que al ocultar esta información, la municipalidad está haciendo un mal manejo de los recursos públicos y deja en evidencia que no le interesa aclarar a los managuas si el dinero “va a un saco roto, o no”.

A partir de 2024 el centro cultural ha funcionado para promover actividades culturales dirigidas por los hijos de la pareja dictatorial y autoridades del Teatro Nacional Rubén Darío, así como allegados al régimen sandinista.

Las fuentes consultadas para este artículo manifestaron que lo único que los nicaragüenses sabremos sobre el centro cultural serán las actividades que organicen a lo largo del año. Por ejemplo, el próximo 14 de abril, se realizará el “Festival de Teatro Nuestras Tradiciones”, organizado por la Juventud Sandinista.


La información que publicamos en DIVERGENTES proviene de fuentes contrastadas. Debido a la situación en la región, muchas veces, nos vemos obligados a protegerlas bajo seudónimo o anonimato. Desafortunadamente, algunos gobiernos de la región, con el régimen de Nicaragua a la cabeza, no ofrecen información o censuran a los medios independientes. Por ello, a pesar de solicitarlo, no podemos contar con versiones oficiales autorizadas. Recurrimos al análisis de datos, a las fuentes internas anónimas, o las limitadas informaciones de los medios oficialistas. Estas son las condiciones en las que ejercemos un oficio que, en muchos casos, nos cuesta la seguridad y la vida. Seguiremos informando.